Crónica del concierto de presentación en Barcelona del disco compartido de Prisma en Llamas y Atomizador el pasado 15 de septiembre, escrita por Marcos Blanco.
(Sólo un pequeño apunte: Atomizador le da a la guitarra española, no acústica).
Noche ideal para rellenar la agenda del sábado noche, LaFonotecaBCN
patrocinaba un concierto conformado por un doble cartel de lo más
interesante. Con la fantástica sala Heliogábal
como sede de esta ceremonia de música en estado puro, la cosa tenía muy
buena pinta, más si tenemos en cuenta que a través de cada uno de sus
ladrillos se respira amor a la música, el mismo que transmiten los
organizadores del evento. Teniendo ya el entorno adecuado, lo única que
faltaba era que los titulares de la noche estuvieran al nivel, ese del
que van sobrados Prisma en Llamas y Atomizador.
Precedido por la publicación de su extraordinario disco compartido,
aterrizaban en Barcelona para exponernos la originalidad de sus
refrescantes propuestas, que desde el sello Afeite al Perro
llevan a lo largo de los últimos años regalándonos mediante pequeñas
grandes piezas de música sin ataduras y terriblemente representativas de
un modus operandi hermanado con el DIY más auténtico.
Con unas ganas tremendas de comprobar el impacto de sus canciones en
directo, el ambiente de este sábado noche dentro de una sala como
Heliogábal se respiraba idónea para poder vivir un evento de estas
características. De esta manera, me dejé caer por la sala antes del
concierto invitado por los chicos de Prisma en Llamas para ver los
ensayos y poder comprobar que todos los buenos augurios iban por muy
buen camino. Calentados los motores y con ganas de que llegara el
momento de la verdad, la sala iba llenándose más y más hasta que quedó
más abarrotada que la cola de las uvas en fin de año.
Ya con todo a punto, salió Atomizador, se sentó, miró al frente y se
conjuró para ofrecernos una ración hipervitaminada de su discurso
musical. Nada más empezar, el Heliogábal se lleno rápidamente de una
sucesión en cadena de fogonazos de punk acústico,
indiscriminadamente, disparados a velocidad de vértigo, con apenas una
acústica, un puntual ukelele y un catálogo de voces extraterrestres. Lo
de Atomizador fue una representación fidedigna de sus discos, más ese
plus que tiene el directo para una música tan urgente como la suya,
encapsulada, muchas veces, en canciones que no llegan al minuto y dan
pleno sentido para conciertos de este formato pequeño, en duración, pero
grandes en emociones.
Tras recibir las bofetadas de Atomizador, Prisma en Llamas se
hicieron los dueños del local desde su imaginativo formato en trío en el
que la llegada de Pesquera -al igual que Hugo, también en Margarita-
le da una dimensión más poderosa a su resplandeciente sonido en
directo. Tan sembrados como el que es capaz de sacar discos tan
extraordinarios como “Aeropuerto Extrañamente Blanco” (Afeite al Perro, 2010)
y el disco que venían a presentar, la actuación de Prisma en Llamas ya
tenía mucho ganado antes de empezar. También de una adecuada corta
duración, no llegó a la media hora, pudimos vibrar con el pop
taquicárdico y colorido de Hugo, Pablo y Pesquera por medio de su corto,
pero inmejorable, repertorio. No puede ser de otra manera, cuando
suenan maravillas como “Ballenas”, “L’indret fosc” y “Tori Kudo”.
Conscientes de la excelencia de sus canciones, Pablo y Hugo se
intercambiaban las voces dentro de un entramado sonoro que en vivo ganó
en fibra y explosividad, y del que toda la parroquia allí congregada
pudo sentir muy profundamente en sus carnes.
Noche para el recuerdo, realmente no se puede pedir más a una velada
de estas características. Solo una cosa, que haya más de éstas.
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