FRENAR LA ACTIVIDAD. MURKY Y DISCOS
ALEHOP!
Murky.
No existe en el mundo nada parecido a Discos Alehop!, uno de los núcleos de resistencia musical más especiales del universo, una misteriosa comuna de libertad enloquecida, fuente de inspiración inagotable y modelo de conducta. Han pasado 25 años desde su nacimiento, y echar un vistazo a su catálogo es repasar una parte fundamental de la música subterránea y marginal de nuestro país.
Eva y Murky crearon la plataforma creativa
más chiflante del mundo, con un pie en el rock’n’roll más salvaje y primitivo y
otro en el art-rock más descacharrado y alucinado. Con el personalísimo arte de
Olaf Ladousse (el artesano
definitivo, ver entrevista en Manchas y Ruido # 5) envolviendo gran parte de
sus discos y carteles, un sentido del humor ácido y una inteligencia, humildad
y ética a prueba de bombas, se convirtieron en el sello favorito de cualquier
amante del punk’n’roll libre de dogmas, modas y corrientes.
Conocerles a principios de
los 2000 fue una explosión nuclear en mi cerebelo que abrió la puerta a un
mundo excitante repleto de música y arte inclasificable. Grupos como Solex, Ginferno, Grimorio o Los Caballos De Düsseldorf dieron
algunos de los conciertos más increíbles que recuerdo de esa época, y la
inclusión de un tema de Ensaladilla Rusa
en “La Legaña Sinfónica” es uno de
mis hitos vitales personales.
En enero de 2018, Eva
abandonó este plano de realidad en un día tristísimo. Desde entonces, Murky
continúa con el sello de otra manera, como él mismo explica en la entrevista.
Su última edición es un preciosísimo disco llamado “Cualquier parecido con la realidad es una mierda”, su primer disco
de “canciones” desde Grimorio, que además viene envuelto en sus increíbles
dibujos. Yo ya había tenido la suerte de escuchar algunos temas en versiones
caseras y ya estaba enamorado de su particular forma de componer y de sus originales
y superinspiradoras letras.
Para mí es un orgullo formar
parte de la historia de uno de mis sellos dorados y poder dedicarle unas
páginas de Manchas y Ruido. Eva, Murky, Olaf. Discos Alehop!. Mis psicodélicos
libertarios favoritos.
1. Murky, corrígeme si me equivoco, Eva y tú
crecisteis en Villaviciosa de Odón, ¿verdad? ¿Cómo os conocisteis vosotros y la
gente de Patrullero Mancuso? Es sorprendente que surgiera un grupo de personas
con unas referencias culturales tan poco habituales en un lugar así.
Eva nació en
Madrid en 1969. Se crió entre el barrio de Comillas y Villaviciosa de Odón,
donde tenía un chalet al que iba con su familia en verano y algunos fines de
semana durante el año. Yo nací el mismo año y en el mismo lugar que Eva. Mis
padres y yo estuvimos viviendo en Carabanchel y luego en Aluche. A comienzos de
los 80 nos mudamos a unas casas adosadas ubicadas en el pueblo de Villaviciosa.
Allí recibí una o dos clases de guitarra en una escuela de música, pero pronto
abandoné para pasar a practicar por mi cuenta, no necesitaba ayuda profesional
para tocar el ‘Human Fly’ de los Cramps.
También le daba al baloncesto en el polideportivo del pueblo. Echando unas
canastas conocí a dos hermanos, un jevi (jugaba con muñequera de pinchos) y un
chaval con alma punk del barrio de Batán que poseían un chalete en la
urbanización El Castillo. Nano (el
punki) y yo nos hicimos amigos inseparables, compartíamos adoración por Parálisis Permanente, Desechables, el garaje revival… Él me
presentó a otro pirado por la música, Jose, que venía del rock sinfónico
(¡tenía discos de Can y Caravan!) pero derivó a Simple Minds, Talking Heads, Prefab Sprout
y ese tipo de pop sofisticado. Jose
me presentó a su hermana, Eva. Nano, Jose, Eva y un servidor comenzamos a sacar
canciones usando mi guitarra, un organillo y cualquier cosa que fuera
aporreable a modo de percusión. Hacíamos punk garajero con letras irritantes.
‘Mierdera comunión’, ‘La compresa me pesa’ y otros hits fueron registrados con
un radiocasete en 1986 bajo el nombre de Los
Mierdas. Otro tipo de canciones de diferente estilo dieron lugar a otros
proyectos como Absoluto Disoluto
(1987). Todo era grabado y “publicado” en cinta con su correspondiente portada.
Una tarde me dirigía a casa
de Nano cuando escuché a los Clash a
volumen atronador. Se trataba de los hermanos Godino, Jaime y Manuel, a los que conocí poco después
en un bar del pueblo. Nuestro entusiasmo por el punk77 nos unió inmediatamente
y decidimos hacer algo juntos. Ensayábamos en una especie de trastero que
tenían los Godino en su casa. Nano, Jaime, Fumi
y yo creamos Los Calambres en el 87
(Pablo Cobollo tenía un grupo con el
mismo nombre por aquella época antes de crear Soul Bisontes). Combinábamos versiones de Damned, Ramones, Trashmen y Cramps con canciones propias. Durante una temporada compartimos
local con un grupo punki de Madrid llamado Fruto
de instituto. Dimos tres conciertos y poco más.
Entonces apareció por el
pueblo un menda de Bilbao (Guiller
Momonje) con melenas y botines que había venido a vivir con sus tíos Willy
y Tere para estudiar en un instituto de Móstoles. Guille nos contó que había
tocado la batería junto a su hermano Mariano
en un grupo de punk siniestro llamado Efecto
Pogo. Le probamos con ‘Destruye y mata’ de Desechables. Nos dejó tan
flipados por su desparpajo y creatividad que decidimos hacer un nuevo grupo. Patrullero Mancuso nació en 1988 con
espíritu punk77, combinábamos canciones propias como ‘Hazte un lifting” o ‘La
matanza de Lugo" con versiones de Buzzcocks,
Motorhead o Stiff Little Fingers. A nuestros chows asistía un público muy
variopinto, desde pijos a jevis (por ahí rulaba Joe de los Rotten Minds,
a los que vimos tocar en una heladería del pueblo). En uno de estos conciertos
contactamos con El Rubio y Jeffrey (hijo de Tele de Triana), amantes
del blues y la sicodelia con los que inicié la aventura triposa de Electric Garden. Esa afición compartida
por el ruido y el blues fue el germen de Pretty
Fuck Luck (Rubio, Eva y yo). Paralelamente, entre 1988 y 1990, Guillermo y
el menda sacamos siete álbumes en cinta (en nuestro sello Paralís Casete) como Villavil
y dos como La Perla. Los grupos
surgían espontáneamente como monguis silvestres.
Todos los arriba citados y
algunos más nos reuníamos en un par de bares de la “calle del peligro”, el
Happy Hour y el Curacao. En ambos nos dejaban pinchar de vez en cuando, era la
manera más directa de escuchar/conocer viejos (Velvet Underground, Love,
Back from the Grave…) y nuevos
grupos (Butthole Surfers, Pussy Galore, Oblivians…) que luego grabábamos y compartíamos en cintas entre
colegas.
2. Discos Alehop! nació para publicar el primer disco
de Soul Bisontes, en 1994. ¿Cuáles fueron vuestras motivaciones a la hora de
crear el sello? Normalmente, ¿buscabais grupos o la gente se ponía en contacto
con vosotros?
No hubo ninguna intención de
comenzar un sello, tan solo queríamos que ‘Vértigo
Peninsular’ viera la luz, que la gente pudiera disfrutar las maravillosas
canciones de Pablo y Titín. Trabajar
en Munster (y luego en ROTO) facilitó la fabricación de
discos, provocó que pasáramos de sacar casetes y maquetas a publicar
directamente nuestros vinilos. El sonido característico (luego nos enteramos que
eso se denominaba Lo-Fi) de la mayoría de las primeras referencias son
grabaciones caseras en un cuatro pistas portátil o realizadas en el
mini-estudio de Tele, Telesound (si había dinero).
Los artistas de Alehop!
solían ser gente del entorno cercano como Electric Garden, Guiller Momonje,
Pretty Fuck Luck, o Solex. Algunas
bandas que descubríamos en directo: Capitán
Entresijos, Ulan Bator Trio, Lighting Beat-Man o Doo rag. Y grupos que nos mandaban sus
maquetas a casa como Atom Rhumba o Jugos Lixiviados.
3. Como buscador incansable de modelos vitales de
conducta e inspiración, me interesa muchísimo saber cómo funcionaba y funciona
el sello: los acuerdos que teníais con los grupos, si teníais un modelo
concreto de actuación o dependía del grupo, si os inmiscuíais en el apartado
creativo de los grupos o dejabais hacer, etc.
Nunca se hizo contrato
alguno, siempre mediante acuerdo verbal. En ocasiones el grupo aportaba la
grabación y nosotros la fabricación, en otras corríamos con todos los gastos.
Repartíamos las copias y ya está.
Creo que solo fueron
modificadas dos portadas: la del single de Atom Rhumba y la de Felón y su Mierdofón. Del cambio en el
arte de Atom Rhumba surgió el logo del grupo.
4. Me resulta curioso que Patrullero Mancuso nunca
publicara nada en Alehop! exceptuando el tema incluido en “La Legaña
Sinfónica”. ¿A qué se debió esto?
Patrullero acabamos
publicando dos canciones más en Alehop!: ‘Vacío’ (perteneciente a la primera
maqueta) y ‘¿Puedo recoger mi cámara?’ (de la sesión de “Bodegón musical”. El título de la canción es la última frase que
pronuncia el patrullero Mancuso en La
Conjura de los necios). Ambas aparecen en la cara “Entrada a cripta” del LP de Villavil.
Los Mancuso estuvimos a punto
de fichar con Subterfuge, pero al
final nos decidimos por Munster. La oportunidad de que un sello pusiera pasta
para grabar con mejores medios técnicos (que no llegaron hasta nuestro tercer
LP, “Viva bonito”) nos hizo
permanecer en Munster y más tarde en Elefant.
5. Desde mi punto de vista, Alehop! nunca tuvo nada
que ver con la horrible estética indie/noise/pop de los 90 y principios de
2000. Aunque a Patrullero Mancuso se os metía dentro de ese mejunje, desde
fuera parecía claramente otra cosa. ¿Cómo vivisteis toda esa historia?
Al pertenecer a Munster y
Elefant estábamos dentro de esa movida, tocábamos en sus festivales, y salíamos
en sus revistas, y además pertenecíamos a la SGAE (agh!). Yo siempre me sentí
muy incómodo con ello e intentaba combatirlo con ironía. Nuestra única vía de
escape para hacer las cosas a nuestra manera manteniendo la pureza la
encontrábamos en Alehop!.
Patrullero Mancuso.
6. Aunque en tu último disco pareces rechazar la
palabra “arte” y la escatología ha formado parte de la imaginería habitual del
sello, siempre os consideré una comuna artística llena de seres inclasificables:
los alucinantes artesanos cósmicos Olaf Ladousse (artista “residente”) y Fela
Borbone, carteles y portadas de Stu Mead y Pakito Bolino, el libro de carteles
que se publicó en 2005... Este universo gráfico subterráneo, ¿fue una decisión
intencionada o surgió por casualidad?
No rechazo el arte, me irrita
el concepto de pieza de arte, las series numeradas y limitadas, la estupidez
elitista que infla el valor de los objetos. Detesto el coleccionismo.
La culpa de que nos
volviéramos más “arties” la tuvo principalmente Olaf, y también otros buenos amigos de la comuna Alehop! (término
divertido que acuñó Mondo Brutto)
como Julio (aficionado a la
fotografía) o Germán del fanzine Consomé Royal. Mesié Ladousse nos introdujo en el mundo de la serigrafía, los
soportes y formatos alternativos, etc. Procurábamos que nuestros discos fueran
bonitos y diferentes, también más económicos.
7. “La Legaña Sinfónica” es uno de mis recopilatorios
favoritos de siempre, y para mí, el documento definitivo de la mezcla de
músicas expansivas que se dio por aquí a principios/mediados de los 2000. Olaf
me habló alguna vez de una tercera parte de la trilogía llamada “El Moco
Tecno”. ¿Qué fue de ese disco? La lista de participantes incluía un montón de
nombres extranjeros: Chris Knox, Daniel Johnston, Black Lips, Quintron, The
Goblins, Demolition Doll Rods... ¿cuál era el propósito de este disco y del
previo y descacharrante “La Cagarruta Sónica”?
“El moco tecno”
se subió a internet (acabo de descubrir que ha desaparecido) por falta de
presupuesto. Participaron Kid & Khan, Rob K., Atom Rhumba, Mississippi Blind Mike, Guiller
Momonje…
La intención de La Cagarruta y La Legaña era demostrar que existía mucha gente haciendo música
diferente a la que salía reseñada en la prensa y sonaba en la radio.
Dos clásicos de rocanrol libre.
8. Tu último disco está envuelto en tus propios y
personalísimos dibujos, y has entrado a formar parte de la kilométrica lista de
dibujantes del increíble fanzine “Qué Suerte”. ¿Cuáles son tus influencias a la
hora de dibujar? ¿Te interesa el cómic y el arte subterráneo?
Imagino que todo lo que he
leído/visto acabó siendo una influencia a la hora de dibujar (algo que no hacía
con cierta constancia desde los años 80 y volví a recuperar en el 2017). Aquí
va una lista de los artistas y dibujos que he disfrutado:
Años 70: Disney, Looney Tunes, Hanna-Barbera, Bruguera, Astérix, Tintín…
Años 80: Richard Corben, Will Eisner, Robert Crumb, Gilbert
Shelton, Hans Arnold, Toutain, Metal Hurlant…
Años 90: Peter Bagge, Daniel Clowes, Charles Burns, Daniel
Johnston, Josetxo Ezponda, Mauro Entrialgo, Olaf Ladousse, César Fdez. Árias, Fela Borbone, Chris Knox…
2000-2010: Edward Gorey, Julie Doucet, Jim Woodring, Blanquet, Marjane Satrapi, Stu Mead, Paquito Bolino…
2010-2019: Abraham Díaz, Basil Wolverton (las reediciones), Olivier Schrauwen, Simon
Hanselmann, Herr Seele, Teodoro, Jose Haz, Edu Rizoma…
9. No eres muy amigo de tocar en directo, y hace poco
me dijiste que de momento no ibas a hacerlo más. Ya sabes que para mí dar
conciertos tampoco es algo que hacer todos los días, pero me gusta ponerme de
cuando en cuando en esa situación y mostrar mi música de esa manera, en parte
quizás por no encerrarme demasiado en mí mismo, una de mis tendencias
naturales. ¿Qué motivos encuentras para tocar en vivo cuando lo has hecho?
Es que lo paso fatal. Días
antes me pongo tan nervioso que la espera me acaba generando ansiedad. En la
primera época de Patrullero no me ocurría porque solíamos envalentonarnos a
base de alcohol, además nos la pelaba todo. Con Pantasma me sentía muy arropado ya que éramos muchos músicos
tocando un estilo muy libre. Los Caballitos
es en gran parte improvisación, nunca tuve pánico al error. Pero en los
conjuntos en los que he tenido un papel más protagonista me ha costado horrores
tocar en directo. Después del parraque cerebral la inseguridad ha ganado la
batalla. Lo que me gusta es componer en casa y luego ver cómo se desarrollan y
mutan las canciones al compartirlas con otros músicos.
10. Desde la tristísima marcha de Eva, llevas el sello
tú solo y has sacado dos referencias: el disco compartido de Emboscada y
Calabaza Cósmica, y el tuyo compartido con tu propia banda, López-Peláez. Ambos
son proyectos salidos de tu entorno más cercano, ¿tienes algún tipo de “plan” o
idea futura para el sello o, como imagino, te mueves por tu propio “instinto”?
Todo ha cambiado mucho tras
la marcha de Eva. Mis prioridades, mi situación económica… ahora todo es muy
distinto. Mi intención, y no solo con el sello, es frenar la producción,
reducir la actividad. Por ahora no hay nada previsto hasta 2020.
11. ¿Hay algún disco del sello al que le tengas un
cariño especial por algún motivo? Sé que está feo escoger, pero si alguien
quisiera introducirse en el universo Alehop!, ¿qué discos le recomendarías?
Glups! Me voy a mojar: el
single “Stéreo Hi-Fi” de Ulan Bator
Trio. El doble LP “La legaña sinfónica”. La reedición del “Cryptic and Coffe Time” de Sting-Rays.
12. Murky, muchas gracias por tu tiempo y amabilidad.
Para mí es un honor gigantesco y una grandísima ilusión incluir en mi fanzine
al universo musical más inclasificable e inspirador que ha salido de Madrid. Si
quieres añadir alguna cosa más, este es el lugar.
Gracias a Iñaki, Diana, Mario, Ibon y Teresa por
su ayuda en la elaboración de “Cualquier
parecido con la realidad es una mierda”. Y también dar las gracias a Jose
Haz, Teodoro, Olaf y Héctor Sudor
por la inspiración recibida. ¡Salud!
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DISCOGRAFÍA FAVORITA:
Ulan Bator Trio “Vinilisimo!” (1998).
El LP de Ulan
Bator Trio es una locura sin parangón, y Fela Borbone, “líder” de la banda, uno de los personajes más
icónicos del sello. Difícil describir esta chaladura. Imagínate a unos Ramones nacidos en Valencia (ciudad
extrema donde las haya) y completamente enajenados construyéndose sus propios
instrumentos con materiales reciclados de la basura y tocando un par de decenas
de canciones de rock cavernícola barbárico con letras aberrantes “cantadas” a
alaridos por un demente. Ahora imagina que graban todo eso a tiempo real en una
cassette roída de 4ª generación y convierten ese bullicio en un vinilo por
medio de una cortadora con la aguja oxidada y ya te estarás acercando al sonido
de este maravilloso despropósito. Paloma
Borbone, bajista del grupo, afirma que no ha podido escuchar el disco
entero jamás. Una obra maestra de punk perturbado.
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“La Cagarruta Sónica” (1997).
Primer disco de la trilogía inacabada de
recopilatorios del sello. Un enloquecido desfile de orfebres de no-fi rock
descontrolado (Jugos Lixiviados, Pretty Fuck Luck, Lo-lite, Doo Rag, Lightning Beat Man) y compañer@s
espirituales de descacharre (Piolines,
Laluli, Eko Sisters, Solex). Un
verdadero museo de la tortura de guitarras, baterías y cuerdas vocales. Si este
disco hubiera caído en mis manos en 1997, estoy convencido de que mi recorrido
musical habría sido muy diferente.
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“La Legaña Sinfónica” (2003).
Segunda parte de la trilogía y mi disco
favorito del sello. En mi opinión, el artefacto que cristaliza de manera
definitiva la explosión de ideas y cruce de escenas y géneros que se dio por
aquí a principios de los dos miles. Daniel
Johnston, Hello Cuca, Chris Knox, Rag Cutter, Tres Delicias,
Mushitcians, Quintron, Country Teasers,
y así hasta 37 ejemplos de imaginación y libertad musical. El diseño
espectacular de Pakito Bolino
convierte este disco en una obra de arte total. Sorprendentemente, todavía se
puede encontrar fácilmente, al igual que “La Cagarruta Sónica”.
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Grimorio “Mis ácaros favoritos” (2003).
Grimorio
eran Murky a la guitarra y voz y Javier a la batería. Solo recuerdo
haberles visto una vez en directo y haber quedado fascinado por la inventiva de
canciones como “Amigos de la droga”, las melodías-serpentina vocales y las intrincadas
baterías, que por momentos hacían sonar al dúo como un adictivo cruce entre los
Cramps, el drum’n’bass y el free
jazz. Como la gran mayoría de los grupos del sello, Grimorio era un género
musical en sí mismo, un híbrido hiperimaginativo de mil cosas diferentes que a
priori jamás podrían funcionar (¿Canterbury + surf-rock primitivo?). Quizás mi
segundo disco favorito de Alehop!.
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Ginferno “Ginferno” (2004).
Hubo unos años en los que Ginferno fue el mejor grupo del universo
sobre un escenario. Si tuviera que hacer una lista de mis conciertos favoritos
de todos los tiempos, el power-trío de Ramón,
Fletcher y Federico estaría entre los diez primeros sin ninguna duda. Su
primer disco, el único en Alehop!, no está a la altura de sus apoteósicos
directos, pero recoge los legendarios temas de esa etapa del grupo, que sonaban
como una rondalla rock-surf-punk haciendo versiones de Ennio Morricone. Tras sus años de esplendor, incorporaron un
vocalista y perdieron gran parte de su magia, convirtiéndose en una cosa
totalmente diferente (y peor, en mi opinión...).
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Solex “3/4”
(2005).
Las Solex, uno de los grupos
insignia del sello. Eva, Olaf, Balma y Juan. Tres
guitarras, voz y trompeta en esta maravilla, su mejor disco. Rock’n’roll tocado
como si fuera free jazz. Verles en directo siempre era impactante, con Eva
realizando glissandos con su dedo índice por el mástil, Olaf concentradísimo
sin quitar la vista de su guitarra adquirida en su querido Rastro, las voces
pop dadá y presencia de la carismática Balma y la trompeta desafinada de Juan. El
único parecido posible que le encuentro a su maraña contrapuntística de sonidos
en ruinas (pero perfectamente compuestos y ensayados) es a los primeros Royal Trux, aunque Solex sonaban
muchísimo más alienígenas que estos. Uno de los grandes clásicos del sello y de
la música subterránea de mediados de los dos mil.
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LCDD “A todas revoluciones” (2017).
Los
Caballos de Düsseldorf, la orquesta electrónica de doo-rags formada por Olaf, Carmen, Eva y Murky, en formato siete pulgadas de dos
agujeros y todas las velocidades posibles, superando el “Pagan Muzak” de Non,
ancestro natural de esta chifladura. Ocho discos en uno comprimidos en un
objeto realmente precioso, como todo lo que sale de las manos de Olaf.
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Murky López/López-Peláez “Cualquier parecido con la
realidad es una mierda” (2019).
El último disco de Alehop!
hasta la fecha es el primer disco de canciones de Murky desde los tiempos de Grimorio. En la cara A, siete temas en
formato eléctrico con Diana e Iñaki (Desguace Beni/Hermanos
Peláez) grabados por Mario Riviere,
y en la cara B, ocho delicias a la voz y guitarra española grabadas y
producidas por Ibon Errazkin con
colaboraciones de él y de Teresa
Iturrioz. Los temas de López-Peláez
suenan como un cruce catártico entre Wire,
Nomeansno, Henry Cow y los propios Grimorio. En contraste, las canciones de
Murky en solitario suenan calmadas, ensoñadoras, preciosistas y melancólicas, y
son mis favoritas del disco. Las letras son un canto a la libertad y un grito
contra la esclavitud del trabajo y el dinero, y maravillas como el “Hábitat del
empleado” y “Abrazando la molicie” ya son para mí auténticos himnos personales.
Un disco mágico de una de mis personas favoritas de la contracultura madrileña.
En los créditos, Murky afirma que “este disco no es una pieza de arte”, pero se
equivoca porque sí que lo es. Es un oasis de música e ideas, una muestra de
otra manera de hacer las cosas, un ejemplo más de que en los márgenes se
esconde el brillo, una insólita obra de arte libre.
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Grosgoroth sobre Fela Borbone.
Ya es famoso el documental de la 2 en el que Fela Borbone aparece en su guarida llena de cacharros, cosas de plástico, muñecos, basura, documentos extraviados o televisores. Su forma de hablar tan graciosa, su sinceridad y su idea de lo que quiere hacer, me llegaron al alma. Esta persona programa con un Amstrad CPC 6128 lo que viene a ser ¨el mierdofón¨, un robot que hace percusiones con cacerolas y lanza sonidos de ordenador. De forma autodidacta, y sin internet, aprendió a elaborar esta maravilla de aparato. Una luz en la niebla, una inspiración profunda para la gente que queremos hacer algo diferente sin caer en la esclavitud de los laptops (¡¡MUERTE A LOS LAPTOPS!!). Tengo un vinilo suyo de su sello ¨La rata que caga¨ (gran nombre) y no puedo estar más de acuerdo con la letra de la canción ¨El mierdofón¨, dice así: ¨Igual que hubo un Buñuel, un Einstein y un Dalí, un Joey Ramone, un Beethoven y un Van Gogh, aquí está Felón con su Mierdofón¨.