domingo, 15 de marzo de 2020

6 DISCOGRAFÍAS PERFECTAS (MANCHAS Y RUIDO # 10)

Grupos que no fallaron ni una sola vez. Algunos porque tuvieron vidas cortas y otros porque parecían realmente incapaces de publicar algo por debajo de la excelencia. Si hubiera escrito esto antes de 2007, The Stooges encabezarían la lista, pero en 2007 tuvieron la fatal ocurrencia de grabar un nuevo disco (el hediondo “The Weirdness”), destrozando el brillo y perfección meteórica de su discografía, que parecía destinada a pasar a la historia como la colección de rock’n’roll atómico más deslumbrante de todos los tiempos. En fin...a continuación, 6 grupos cuyos discos puedes pillar a ciegas con la seguridad de que todos son buenos.



Death. Los siete discos de estudio de Death llevaron el metal a cotas de imaginación y composición inalcanzables para la mayoría de sus compañeros de estilo. Desde el salvaje “Scream Bloody Gore” (1987) hasta el ultracomplejo prog-death de “Symbolic”(1995) y “The Sound of Perseverance” (1998), todo lo que grabaron es espectacular. Si todo el metal fuera así, sería un “metalhead” convencido.

______________________________________________________



Youth of Today. El tono condescendiente y predicador de sus horribles letras y su repulsivo tono moralista no pueden empañar una de las discografías de hi-energy-hardcore más alucinantes del siglo pasado. YOT cogieron la energía descontrolada de SSD y la capacidad de componer himnos casi pop de Minor Threat y 7 Seconds, y llevaron el hardcore positivo a la estratosfera, convirtiendo a cientos de chavales al vegetarianismo y al straight edge y dejando un rastro realmente aterrador (todo ese machocore de los 90 no habría sido lo mismo sin su influencia). Los discos de YOT son casi psicodélicos de lo desquiciadamente explosivos que suenan, con un vocalista enloquecido que convierte a Ian MacKaye en un susurrador de nanas, unas guitarras que parecen retorcer el tejido del espacio-tiempo y una sección rítmica que suena como Atila en plena campaña de destrucción, con el espectacular Sammy Siegler a la batería, un tipo que a los 15 años ya había grabado una decena de clásicos inmortales. “Can’t you fucking understuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaand!



Peinado marine, chándal de táctel, collares de bolas y gesto característico. 

_____________________________________________________




Minor Threat. Sobre Minor Threat se han vertido océanos de tinta e Ian MacKaye ya está dandocharlas TED, así que no voy a extenderme mucho. Los cuatro eps más influyentes del punk americano. 26 himnos para cantar a grito pelado (alguno solo si eres un hombre blanco hetero, ejem) señalando con el dedo a la persona que tengas más cerca en ese momento mágico y catártico. Menos mal que MacKaye debe ser el pavo más terco de todo D.C., porque tras “Out of Step”, el resto de miembros de la banda quiso convertir al grupo en una especie de imitadores de U2 (!!!), lo que habría sido casi más bochornoso que la conversión de SSD al heavy. Posteriormente, Brian Baker debió perder el oremus del todo, porque se puso un sombrero de cowboy y estuvo siglos tocando la guitarra en Junkyard, uno de los más infectos grupos de hard rock angelino de ahora y de siempre.

______________________________________________________



Crass. No conozco muchos punks que aguanten “YesSir, I will” y “10 notes for asummer day”, los dos últimos discos de Crass, pero para mí son musicalmente interesantísimos y conceptualmente brillantes. No olvidemos que el grupo lo formaron en 1977 un punk de 20 años y un hippie fluxus que ya rondaba los 35, un joven desencantado de clase obrera y un exprofesor de arte de familia acomodada. En la última etapa de la banda, ante el panorama desolador provocado por la malnacida Thatcher, la faceta “arty” (que el grupo siempre tuvo) salió a la luz, imagino que como bálsamo contra la depresión y el sentimiento de derrota. Crass, grupo inclasificable donde los haya, colectivo musical y artístico que funciona casi como un espejo donde proyectarse. Del exabrupto punk de su primer y glorioso disco hasta la poesía musical abstracta de su “10 notes”, escaparon a todas las etiquetas durante sus años de actividad. Revitalizaron el anarquismo, inventaron la imaginería de todo el anarcopunk venidero (gracias a Gee Vaucher - ver Manchas y Ruido # 7 para entrevista), se enfrentaron al gobierno británico, formaron parte de los movimientos de resistencia de su época, crearon uno de los corpus musicales más extraños e impresionantes de todo el punk y se disolvieron en 1984, convirtiéndose en un símbolo de dignidad del que produce orgullo ser fan. Me cuesta ser mínimamente objetivo con esta gente, para mí todo lo que hicieron es maravilloso, incluso “Acts of Love”, de Penny Rimbaud (que escucho mientras escribo estas líneas) me rechifla. Ojalá todos los grupos punks fueran tan magnéticos y poliédricos como ell@s.

______________________________________________________

Richard Pinhas y su afro de impacto.

Heldon. Richard Pinhas, uno de los más brillantes héroes musicales franceses, vivió su iluminación musical al escuchar la guitarra del gran Robert Fripp, algo evidente especialmente en sus primeros tres discos, que suenan como unos King Crimson sin plúmbeos toques sinfónicos. A partir de “Agneta Nilsson” (1976), el grupo se convierte en una criatura biónica de prototechno obsesivo, ambient-trance y rock’n’roll industrial embellecido por las espirales de guitarra frippertrónica de Pinhas. Siete discos y dos singles sensacionales de entre los que destacaría el tremendo “Interface” (con su portada más impactante) y el repetitivo “StandBy”, aunque todos son un puro alucine. La perfecta síntesis de rock experimental, música electrónica y ciencia ficción, el sueño húmero de cualquier fan “nerd” de Metal Hurlant, Ballard y Philip K. Dick. Ah, y los primeros cinco discos de Pinhas en solitario (el preciosísimo “East West” es mi favorito) son tan buenos como los de Heldon.

______________________________________________________



Kleenex/LiLiPUT. Quizás mi grupo favorito surgido del estallido post-punk junto a Wire y Raincoats. Una de las bandas que liberó al punk del “rock” y de los tics de la peor música macho-testosterónica. Imaginación absoluta, antífonas onomatopéyicas lanzando proclamas en forma de haikus dadaístas, guitarras minimalistas, la baterista metronómica más carismática de toda Europa Occidental y unas líneas de bajo que suponen una demostración maestra de cómo tocar ese instrumento sin caer en el circo de los horrores del funk-rock blanco. Seis singles y dos LPs que la buena gente de Mississippi Records recopiló en una caja de 4 discos en 2011, un auténtico festival de euforia musical. Increíblemente infravaloradas, muchos punks (hombres) todavía las desprecian en una lamentable demostración de ignorancia y mal gusto. ¡Incluso Simon Reynolds las dejó fuera de su “Rip it up and start again”! Tras pasar dos días encerrado en casa maltratando mi pobre cerebelo a base de King Crimson, el primer LP de estas ídolas me está sonando a música celestial. Si no has visto su versión en directo de “Split” que ronda por youtube, hazte un favor y échale una ojeada, es imposible que esa actuación milagrosa no te alegre el día. Aquí la letra de ese himno anárquico que suena como Yoko Ono al frente de Essential Logic: “Hotch-potch, Hugger-mugger, Bow-wow, Hara-kiri, Hoo-poo, Huzza, Hicc-up, Hum-drum, Hexa-pod, Hell-cat, Helter-skelter, Hop-scotch! Yesterday was a party! Yesterday the drinks were strong!”.


No hay comentarios: